martes, 29 de julio de 2008

Capitulo 2

“ La tradicion exige que los niños pequeños vayan vestidos de azul, las niñas de rosa las novias de blanco y las viudas de negro” El recordaba esa frase de su abuela y fue lo primero que pudo articular despues de tomar un vaso de casi un litro de agua, de hecho esa frase no tenia sentido y no respondia lo que ella habia preguntado, pero tampoco lo tenian; la puerta, el divan y los muebles de consultorio a la mitad del desierto donde el se encontraba, como sea ella la escribio con su letra inconfundible de psicologa hastiada, y repitio la pregunta - ¿Sabe usted nadar? - Tome lecciones de niño despues de que casi muero ahogado en la alberca del vecino. - Entonces no sera su primera entrevista con la muerte- claro q no, ella el diablo y yo somos excelentes amigos, he estado con ellos muchas veces, hemos intercambiado bromas, es mas seguro q tengo sus telefonos aqui en mi ajenda, ja... lo olvide perdi todas mis cosas cuando el avion se partio en dos, pero recuerdo perfectamente q un dia apostamos en el pokar sobre mi vida y estoy seguro que ese dia gane, desfalque a la muerte y al diablo le quite mucho dinero, de todas formas a el le pertenece todo el dinero en el mundo asi q no le molesto q yo ganara, pero la muerte estaba preocupada tal vez lo correrian de su milenario trabajo por haber hecho eso, como sea estoy seguro asi que hoy no muero yo muero en cuarenta años mas una mañana de enero es extraño que ahora me encuentre aqui supuse q tenia la vida arreglada, pero aun asi no estoy preocupado. Bueno entonces hacerle todas las aclaraciones no sera necesario y tiene razon este no es su ultimo dia, usted esta aqui por q necesitaba asistencia tecnica, y para eso estoy yo aqui, yo soy digamos su consejera, llevo registro sobre su vida, y todo lo que ha hecho y lo q no ha querido hacer, tambien tengo algunas cosas que estan en su destino y que afrontara quiera o no ahora digame ¿cuantas veces respira a diario?... Las preguntas sin sentido continuaron largo rato al igual q las ilogicas respuestas, pero se encontraban solos a la mitad de la nada asi q no habia nada mejor para pasar el rato ...

GmJ


Obsesión

57, 58, 59, 60,61. Estoy frente a la puerta; tomar las llaves de mi bolsillo me llevara 2 movimientos más, con un tercero abriré con facilidad; 62, 63, 64, 65, 66, 67, llegar a mi cama tomo un paso mas que ayer culpa del puto micro que por apurar su llegada rebaso la ruta 14 dejándome 2 pasos mas lejos de lo habitual; reflejados en el 67 de la llegada a mi cama.
Me recuesto y mis 2 zapatos hacen difícil mi descanso, los 6 botones de mi camisa y el único de mi pantalón son invadidos por la desidia de la flojera; son las 6:39 con 17… 18 segundos Fátima no debe tardar regañándome sin saludar y con la acostumbrada ofensa de 9 palabras; se quedara callada por 4 minutos mientras se quita la ropa, 1, 2, 3, 4, 5, la quinta prenda son las bragas dejando a mi vista desnuda 2 pechos con 2 pezones, 2 nalgas, mas firmes que los anteriores, 7 lunares incluido el que tímido se esconde el bosque de bello publico situado a 5 pulgadas de 1 ombligo irregularmente ovalado.
- ¿No piensas quitarte la ropa? -Dijo sin el tono de molestia habitual.
Esta vez la sexta palabra no fue pronunciada, seguramente viene de buen humor, la sexta y acostumbrada palabra: “pendejo” hubiese provocado 3 gestos en mí rostro y una replica de por lo menos 4 palabras más.
Se mete entre las sabanas y con 3 lengüetazos a mi oreja me dice que quiere hacer el amor, rutina que no habíamos retomado desde hace 5 días 3 horas 19 minutos y 56 segundos. Lo cierto es que no tenía ganas mientras mi corazón a 85 latidos y mi pene en sus manos rechazaban las órdenes de mi cerebro. ¿Lujuria? ¿Deseo? ¿Como contar eso? … después de 147 empellones contra su pubis 57 gemidos 2 orgasmos de ella (al menos eso creo) un solo condón y 473 gotas de una llave mal cerrada en el fregadero de la cocina; dejaron a Fátima recostada con sus 7 lunares, egoísta, y esas 2 palabras, esas 2 últimas palabras:
- “buenas noches”
Y volvemos a ser 2 cuerpos inertes en una cama con 4 patas, 1 sabana, 2 cobijas, 7 lunares, 2 pechos, mis latidos a 60 y la misma llave mal cerrada, 4561, 4562 gotas…
Daniel Alberto Amaro Vázquez

“El ahora ahora ya no estaba”

“El ahora ahora ya no estaba”
Esta vez no era tan sencillo. Si bien había pasado casi toda su vida siendo neologista, la tarea requería de toda su creatividad, concentración y compromiso, pues se trataba de fabricar la palabra más hermosa. Por el tiempo no se preocupaba, suficiente había perdido durante más de dos milenios creando palabras para personas que no le daban el justo significado; que las deformaban y empleaban de forma errónea o simplemente, confundía y desvalorizaban el poder de las palabras. Estaba cansado, pero, de alguna manera sentía que era tiempo de crear la palabra más hermosa. Había estado tan ocupado creando las palabras adecuadas y perfectas para otras personas que había postergado la creación de la suya. Ahora que lo pensaba, a su vez entendía en carne propia el miedo, temor, incertidumbre, las ansias e, incluso, la felicidad, palabras que recordaba con cariño por ser algunas de sus primeras creaciones.
El sol pasó frente a su ojo miles de veces y el seguía ahí; sentado cauteloso, con una hoja al frente y la tinta encarnada a su dedo: pensando, recordando. Sentía que la palabra que había creado y regalado a Hebe se le terminaba. Necesitaba su palabra, ansiaba tenerla, era la única forma de volver a ser joven. Justo cuando el sol lo invitaba a rendirse llegó a su cabeza la palabra más hermosa. Por fin la había encontrado. Torpe y en completo estado de éxtasis comenzó a escribirla, repitiéndola en su cabeza una y otra vez, una y otra vez. Presionaba la tinta tan fuerte contra el papel como si quisiera marcarla para siempre. Al terminar, vio el papel fijamente, lo pasó por sus dedos con suavidad, lo llevó hasta su nariz y, en un arranque de frenesí, abrió la boca y lo tragó con el mayor cuidado para que su garganta no pudiera dañar la palabra más hermosa. Minutos después al llegar a su estómago, la palabra se desvaneció. De su estómago comenzaron a brotar ríos caudalosos de letras y palabras, y cada letra y cada palabra iba carcomiendo, devorando la piel y la carne del neologista hasta no quedar nada de el.
Daniel Alberto Amaro Vázquez

jueves, 24 de julio de 2008

La tradición exige...

La tradición exige que los niños pequeños vayan vestidos de azul,
las niñas de rosas, las novias de blanco
y las viudas de negro.

La tradición exige que te pintes los labios de rojo,
que te levantes con el sol, que te subas la falda
y calmes tu pena con alcohol.

La tradición exige que te sigan las miradas,
que esperes a que lleguen los besos, que mires sin juzgar
y que maldigas a tu dios y no a tu dueño.

La tradición exige que te desprendas de tu ataúd,
que busques las mariposas, que tiendas tu cama
y levantes el polvo del final.

La tradición no te exige que satures el rojo,
manches la mañana, muerdas las mariposas,
escupas el alcohol y vueles con las alas de las hojas muertas.

yair

Y como no voltear a ver ese culo despampanante

Mis ojos miran y no observan la calidez de tus pisadas, y por más que trato me desvío a no ser lo que no viajo, solo y sin sentido, tanto que sin sentido aparto la mirada y el peso de la culpa me abofetea en el corazón esperando no perder mi reflejo ausente de mi pensamiento.
Y como no voltear a ver ese culo despampanante adivinando si tu ropa interior se esconde y roza lo cálido de tu pubis, imaginando el color y el diseño, mientras el chofer mienta monjas ante un imprudente que paga con miles, es descarado mi reflejo y el bulto doloroso en mis pantalones, por esa erección lastimosa que provoca una sonrisa y esa mirada cómplice de la mía que te desnuda.
Aunque esto no es otra historia de amor, no me canso de verte con las piernas abiertas, no me acuerdo de tu nombre, ni el color de tu cabello, ni siquiera recuerdo como te quitaste la ropa, pero regresare a verte hastiado de tu figura, encontrando arrugas que me den un detalle de tu ser como mujer.




un cadaver a favor de Tomy, Gervi, Beto y Yair

martes, 22 de julio de 2008

CHOPERS (de las criaturas del parque)

Los chopers son un grupo poco productivo que sobrevive en un parque, situado justo debajo de la banca, que es el centro del universo más cercano, donde se puede modificar y reescreibir las variables de estado, quizá, cambiar de repente el momento magnético, y la orientación y por lo tanto los sueños que normalmente sigue orbitas aleatorias, giran hacia el mismo lado, formando así una cuadrilla de jóvenes que van hacia la vida sin el afán de entenderla, sino con el insano deseo de desafiarla...

Yair http://incertidumbredelrelativismo.blogspot.com/